Con 25 años, un padre que les abandonó cuando era pequeño y sin estudios, él no lo tenia nada fácil.

Se puso a trabajar en una ett. De mozo de almacén no.

De comercial.

Y a los pocos meses dijo: “Esto lo hago yo con la punta de la gorra”.

Y lo hizo.

Montó una empresa, con lo poco poquísimo que había ahorrado siendo comercial, y 13 años más tarde facturaba 500 millones de euros.

Quinientos no son uno, ni dos. Quinientos son un montón. Quinientos al año. 

Un día yo pasaba por ahí. También empecé como comercial. Yo sí que había estudiado. Pero me sirvió de poco la verdad. No encontré trabajo de lo mío. 

10 años más tarde me había convertido en la Directora General para España de su multinacional. Y cuatro años más tarde compré el grupo español y me convertí en su propietaria.

Él se llamaba Philip y era un crack. Un autentico crack. Lo aprendí todo de él. Ésa fue mi suerte.

Y es muy posible que Yo no sea nada especial. Pero sé cosas que no sabe todo el mundo. Por eso digo que esa fue mi suerte. 

Y puede que también sea la tuya. Porque todo lo que aprendí de él es lo que me llevó a facturar con mi empresa de servicios 31.000.000€/año dirigiendo un equipo de 97 personas. Y todo esto te lo cuento en mi newsletter semanal.

Ahí mando consejos sobre los tres pilares clave del crecimiento de un pequeño negocio: vender más, delegar más y controlar el beneficio. 

Escribo sobre cómo estructurar tu negocio para que funcione y crezca sin depender tanto de ti, con un sistema de gestión de equipos que consiga iniciativa, autonomía y eficiencia y ganar un 30% más este año. 

Eso es de lo que hablo en mi email semanal, uno, dos o según me dé, la verdad. Hay semanas que escribo más, y otras menos. Pero cada semana escribo y, a veces, es interesante.

Eso creo Yo y también lo creen los miles de suscriptores que tengo.

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Es gratis y mola un montón.